Nos gusta mucho el aroma natural de la lavanda por ser suave y tranquilizador. La lavanda es también muy apropiada para postres como esta crema que os proponemos hoy.
Si queréis tener lavanda en casa, la podéis cultivar en planta en una maceta o en tierra en el jardín. Florece a finales de primavera y principios de verano. Si tenéis muchas flores y queréis conservarlas para cocinar, podéis secarlas o también meterlas en azúcar, conseguiréis un azúcar perfumado para utilizar en cócteles, tés, chocolates y muchas recetas de postres como flanes, natillas, cremas, galletas, tartas y pasteles.
Para esta crema que os animamos a elaborar, necesitáis: 500 ml. de leche; 500 ml. de nata; 175 gr. de azúcar; 20 gr. de maicena, 2 cucharadas de flor de lavanda y 4 yemas de huevo.
En su preparación, seguimos estos pasos:
1- En un recipiente, ponemos a hervir la leche entera, la nata y el azúcar. Cuando hierva, retiramos del fuego y añadimos las flores. Acto seguido, tapamos y dejamos en infusión 5 minutos, colamos y volvemos a poner al fuego.
2- Batimos las yemas con la maicena. Cuando la leche hierva, la vamos añadiendo a las yemas batidas (nunca las yemas a la leche) poco a poco. Cuando ya tenemos toda la leche incorporada, lo pasamos todo al recipiente donde hemos hervido la leche.
3- Ponemos de nuevo al fuego y sin dejar de remover continuamos hasta que la crema tome consistencia. Cuando esté, lo pasamos por un colador y lo servimos en cuencos individuales. Dejamos hasta que se enfríen y salpicamos sobre ella algunos pétalos de lavanda. El resultado es una fiesta para los sentidos.